La receta se puede preparar sin salmón, si eres vegan@, está igual de rica. También se puede preparar con salmón fresco, en lugar de ahumado para quien le guste, de hecho normalmente el tartar se prepara con salmón o atún fresco. Eso sí, recordad que en ese caso debemos congelarlo previamente para evitar "desagradables sorpresas" como el Anisakis.
ELABORACIÓN
1. El primer paso, y más importante es lavar muy bien la quinoa que vayamos a consumir. Yo normalmente la pongo en un colador japonés y la dejo un rato debajo del chorro de agua fría del grifo. Si leísteis mi entrada anterior del blog sabréis que este paso es esencial para limpiar la quinoa de saponinas, un compuesto que en altas dosis puede ser tóxico (en estas no, desde luego), y que da un ligero sabor amargo a la comida.
2. Ponemos a hervir la quinoa en un cazo o cacerola, como si de arroz se tratara, durante 10-15 minutos. Mientras la quinoa hierve podemos ir realizando los siguientes pasos.
3. Troceamos en una tabla el tomate, aguacate, cebolla, salmón y pepinillos en trozos muy pequeños, cuanto más pequeños mejor, y lo vertemos en un recipiente preferiblemente de cristal. Picamos las hiervas y las añadimos.
4. Escurrimos muy bien la quinoa cuando acabe de cocer y la añadimos al resto de los ingredientes que ya hemos picado.
5. Salpimentamos y añadimos el aceite, la salsa de soja, la mostaza, el vinagre, el limón exprimido y las semillas de sésamo. Mezclamos muy bien todo y ya está listo para emplatar.
6. Ponemos el tartar en moldes redondos a poder ser, o si no el que tengáis en casa, puede servir un bol pequeñito (de esos en los que se suelen servir los frutos secos), una flanera pequeña, etc. y lo volcamos en el plato.
7. Decoramos el plato con una ramita de eneldo que nos haya sobrado o cualquier otra hierva o lo que salga de vuestra imaginación.
Y aquí tenéis el resultado final:
¡ QUÉ APROVECHE !