jueves, 19 de abril de 2018

Al pan, pan ...

Esta semana vamos a hablar de uno de los alimentos elaborados mas antiguos que existen, un alimento muy básico pero imprescindible para muchos (entre los que me incluyo), un alimento primario en la dieta mediterránea, consumido en la mayoría de nuestros hogares, e ingrediente principal de un plato tan español como es un buen bocadillo o un montadito.

Antiguamente el pan era uno de los alimentos principales para muchas familias, siendo la base de alimentación y fuente de energía para ricos y pobres. De ahí que haya tantos refranes en nuestra cultura dedicados a él, entre ellos los siguientes:

"Con pan, queso y vino se anda el camino"
"A buen hambre no hay pan duro"
"Dios le da pan a quien no tiene dientes"
"A falta de pan, buenas son tortas"

Sin embargo, aunque actualmente se sigue consumiendo mucho pan, éste se ha ganado mala fama para algunos, que lo consideran un alimento muy calórico y lo abandonan de su dieta por miedo a engordar. Por otro lado, nos encontramos con barras de pan de masa precocida a 0,40€ en la gran mayoría de panaderías, pan de muy escasa calidad y poco valor nutricional, que ayudan a que su mala fama aumente.

Como ya comenté en la entrada de los desayunos saludables, el pan integral siempre es preferible al pan blanco, ya que contiene mayor concentración de vitaminas,minerales y sobre todo fibra (al hacerse con grano entero) que tan beneficiosa es para el tránsito intestinal. Con ello no queremos decir que el pan blanco sea malo, aunque es cierto que dependiendo del cereal con el que esté elaborado tendrá más o menos propiedades. Hoy en día podemos encontrar alternativas al pan integral y al pan blanco tradicional muy apetecibles y con unos beneficios muy interesantes para nuestro organismo. 

Blanco o integral, el pan es muy rico en vitaminas del grupo B, destacando la vitamina B1 , que fortalece el corazón y mejora el estado de ánimo, y la vitamina B3 que es beneficiosa para el sistema circulatorio y el cuidado de la piel. Además contiene vitamina E, poderoso antioxidante que previene la diabetes, el cáncer de pecho y ayuda a controlar enfermedades degenerativas. También es una fuente de calcio, imprescindible para nuestros huesos y de hierro por lo que previene la anemia. 

El pan es bajo en grasas y rico en hidratos de carbono de fácil asimilación, por lo que es una gran fuente de energía, lo que lo hace un alimento muy recomendable. Además, si tenemos en cuenta que los hidratos de carbono son imprescindibles para un buen funcionamiento del cerebro, siendo su carencia responsable de afectaciones neuronales, motoras, físicas y psíquicas, cambios de caracter e incluso trastornos de personalidad, vemos que es un grave error eliminarlo de nuestra dieta por el falso mito de que engorda.

¿Realmente engorda tanto el pan?

 Si no abusamos de él, no tiene por qué engordar. Existe una falsa creencia de que los hidratos de carbono engordan, siendo el pan uno de los más criticados y dejándose de lado en muchas dietas, pero muchas veces el problema radica en lo que se come con el pan y en el tipo de pan que consumimos (no podemos comparar un pan artesano con uno industrial o de molde). Es muy importante también ser consciente de que lo que en realidad engorda es consumir más calorías de las que el cuerpo quema. Aprovecho también para derribar el falso mito de que el pan integral engorda menos que el blanco ya que tienen las mismas calorías, nada más que éste último aporta más beneficios como ya hemos visto antes.

DÍ NO AL PAN INDUSTRIAL

La mayoría de pan que se consume hoy en día es pan industrial o pan precocido, ya que al ser su producción más barata, también lo es el precio final, que es lo que miran la mayor parte de los españoles. Son las típicas barras de 0,40€ aunque ya las hay más caras y podemos encontrarlas incluso en varios formatos: gallega,rústica,integral,con semillas... El pan de los supermercados suele ser industrial. Lo reciben congelado de los almacenes y ellos lo hornean en tienda, por eso nos encontramos muchas veces con pan "recién hecho". De todas formas, no son los supermercados los únicos en vender este pan. También podemos encontrarlo en muchos despachos de pan, pastelerías y tiendas 24horas.

¿Y qué tiene de malo el pan industrial?

Mientras que los ingredientes de un pan artesanal no son más que harina, sal, agua y masa madre (fermento natural compuesto de harina y agua), en el pan industrial comienzan por sustituir la masa madre por levadura de panadero, ya que esto acelera el proceso de producción. Como este pan tiene dos cocciones, necesita más agua para su amasado, y luego comienzan a añadirle aditivos como el ácido ascórbico para que soporte la congelación, antifúngicos como el propionato para que no aparezca moho, blanqueantes como el dióxido de titanio y antioxidantes sintéticos como el E-320 y E-321 para evitar que el pan se ponga rancio. Todos estos aditivos pueden ser causantes de diferentes patologías como un aumento del colesterol, problemas de metabolismo en el hígado, infertilidad, gastritis o úlceras.

EN LA VARIEDAD ESTÁ EL GUSTO

Como comenté al principio de la entrada, hoy en día en algunas panaderías podemos encontrar una gran variedad de panes artesanales, para todos los gustos y todo tipo de personas. Os menciono algunos de ellos:

Pan de espelta: tiene menos calorías, es más rico en fibra y es más fácil de digerir que el de harina de trigo de toda la vida. Además, su valor proteico es bastante alto y tiene aminoácidos como el triptófano, muy necesario para nuestro bienestar mental y emocional.

Pan de chía y quinoa: Es un pan proteico ya que tanto la chía como la quinoa son ricos en proteínas vegetales y nos aportan todos los aminoácidos esenciales. Además, las semillas de chía son una excelente fuente de fibra.

Pan de centeno: contiene más fibra, fósforo y magnesio que el pan de trigo. Además previene los cálculos biliares, ayuda a perder peso, reduce el riesgo de diabetes y de asma en niños. 

Pan de tritrordeum: tiene más fibra, luteína y ácido oleico que el trigo común. Ideal para nuestra salud ocular, intestinal y cardiovascular. Además su gluten es más digerible. La harina de tritordeum para quien no lo sepa viene de un cruce natural entre el trigo y la cebada y está causando sensación ultimamente.

Pan de trigo sarraceno: No contiene gluten por lo que es apto para celíacos. Posee vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales muy importantes. Además, el trigo sarraceno es el único cereal que contiene vitamina P, esencial para el corazón y la salud cardiovascular. También vitamina E, colina, vitaminas del grupo B y ácido linoléico (Omega 6). En cuanto a minerales, destaca su contenido en calcio, azufre, zinc, magnesio, fósforo y potasio.

Pan de avena: Contiene 13 gramos de proteínas por cada 100 gramos. Además previene la anemia ya que aporta 4,6 miligramos de hierro por cada 100 gramos. También reduce el colesterol ya que inhibe la absorción de éste a nivel intestinal, es diurético y evita la fátiga y el cansancio.

En Albacete hay una panadería en la que podéis encontrar una gran variedad de estos panes. Se llama Vamos de pan y está en la calle San Antonio. Cada día de la semana hacen uno o dos tipos de pan, y a parte tienen otros productos de panadería como pastas, bizcochos o galletas elaborados con harina de tritordeum, harina de espelta, etc. El bizcocho de Tritordeum con pepitas de chocolate está espectacular, y el de espelta con zanahoria, mmm. También hacen unas empanadillas de espelta rellenas de espinacas y atún para chuparse los dedos. Respecto al pan, mi favorito es el de chía y quinoa. Aquí os dejo la carta para que veáis que especialidad tienen cada día por si os animáis a comprar. Y ya con esto me despido hasta la próxima semana.











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