lunes, 11 de julio de 2016

Bella ... ¿y bestia?

LA EXPERIMENTACIÓN COSMÉTICA EN ANIMALES

Cada año millones de animales en el mundo (y no digo miles sino millones) son torturados y sacrificados en laboratorios con el fin de testar una gran parte de los productos cosméticos que se usan día a día.

Conejos, cobayas, ratas y ratones (entre otros) son sometidos a dolorosos experimentos como el test de Draize, mediante el cual se inmoviliza al animal y se le aplican distintas sustancias en ojos y piel previamente afeitada, generalmente durante un periodo de una semana y sin administración de analgésicos, lo que les provoca ulceras y hemorragias. Transcurrido ese tiempo el animal es sacrificado con el fin de analizar cómo han afectado a su organismo dichas sustancias.

Entre otras pruebas podríamos mencionar la toxicocinética, donde se obliga al animal a ingerir sustancias químicas para ver cómo estas se distribuyen en sus cuerpos una vez sacrificados, o la toxicidad reproductiva, mediante la cual se sacrifica al animal en periodo de gestación tras forzarle a ingerir sustancias químicas para evaluar la toxicidad de las mismas en sus fetos.

Afortunadamente, el 11 de marzo de 2013 entró en vigor una ley mediante la cual la Unión Europea prohíbe la experimentación con animales para productos cosméticos finalizados o que contengan ingredientes testados en animales, así como la comercialización de productos cosméticos que hayan sido testados con animales en países de fuera de la Unión. 

Sin embargo, esta medida no es el fin de la experimentación animal, ya que sigue habiendo muchos países donde es obligatorio que cualquier producto cosmético sea testado en animales, como es el caso de China.

Muchas de las grandes compañías que tienen prohibida la experimentación con animales aquí en la Unión Europea, comercializan sus productos en China, con lo cual, antes de vender allí sus productos deben hacer las pertinentes pruebas en animales. Por tanto, cuando un consumidor compra productos de estas empresas está contribuyendo de un modo u otro a que se sigan realizando estas prácticas.

La mejor manera de asegurarnos que nuestros cosméticos son cruelty free (libres de crueldad hacia los animales), es comprar productos que tengan alguno de estos distintivos:




No siempre es fácil encontrar este tipo de cosméticos, sobre todo si resides en una ciudad pequeña, como yo. Por eso cuando comencé mi búsqueda de cosméticos no testados en animales y libres de tóxicos (que eso ya es otra historia a la que dedicaré otra entrada), y empecé a descubrir que realmente hay una gran variedad de productos al alcance del consumidor, decidí crear este blog, para poder dar a conocer este mundo a todos aquellos que estén interesados.

Espero poder contribuir con este pequeño granito de arena a que alguna persona siga estando bella, tanto por dentro como por fuera y evite que su dinero sirva para financiar a las 'bestias' de la industria cosmética que permiten que las atrocidades que se cometen cada año en laboratorios sigan ocurriendo.

4 comentarios:

  1. Bravo por esa iniciativa y dar a conocer estas cosas. Animo y a por ello

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    1. ¡Muchas gracias! Ojalá tenga difusión y pueda ayudar con esta pequeña contribución a que se respete algo mas el planeta, empezando por nuestros amigos peludos

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  2. Desde luego nos viene bien un bofetón de consciencia!! Oleee, me encanta!

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    1. ¡Gracias! a mi me encanta tu comentario :) Y ahora a poner en práctica esta filosofía

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Exotic Bird Flamingo